La Muerte de Abril O'neil

Sus alas no la llevaron a otros horizontes, a pesar de mis ruegos partió, ¿al limbo?, no lo se, no creo en esas cosas aunque en este momento anhelo creer en lo primitivo. Me siento culpable, la deje en manos de la persona equivocada, pensé que al auto adueñarse de ella sería más atenta en el noble servicio de preservar su vida. Parecía haber superado su primer round contra la muerte, siempre perderemos al final, pero estaba inmensamente orgulloso de haberla ayudado a superar la batalla, aunque el segundo asalto no fue superado, a pesar de mis esfuerzos.
Eran las 13 horas, cuando decidí echarle un vistazo, abrí la caja preocupado pues a esta hora no le habían permitido ver la luz del día, y aumento más este sentimiento cuando la vi reposando a tal hora, la tome entre mis manos y sentí como temblaba, la deje en la caja para ir por alimento, pues no le habían puesto más que un trozo de papaya, ya en ese momento seca, imposible de comer, no tenía agua y no había tenido ni la fuerza para separarse del lugar donde había hecho sus necesidades. Sentí mucho rencor, aún sigue latente, impotencia, tristeza y al final mucho, pero mucho remordimiento. Lo saque al aire, temiendo que el problema fuese sofocamiento, le di agua con mis dedos, y le rogué no se fuera, recordandole que no la iba a privar de su libertad, si no al contrario la ayudaría a preservarla. Veía como pasaba el agua, así que le di trocitos de pan, para que se recuperara. Desesperado fui por alpiste y trigo, para licuarlo y dárselo, pues parecía ya estaba mejor, y ahora no permitiría que nadie la cuidara más que yo, al final de alguna u otra manera era mi responsabilidad y no la de alguien a quien solo se le hacia un bonito juguete. Fui lo más aprisa que pude, y cuando regrese ya estaba muerto.
No se si tardare en perdonarte esto, llegaste y ni siquiera te diste cuenta de su deceso, y recuerdo como en miles de ocasiones he pensado que mucha gente esta de sobra, y la cercanía del evento es tal vez la que me hace pensar que eres una de esas personas. No tienes la culpa al final, el que tiene la culpa, el principal responsable soy yo, por dejar un ser vivo en manos de una lerda.
Así que ahora pienso que necesitabas un nombre, no por tu muerte, no la naturaleza no lo exige de esa manera, pero a mi me ayuda a aprender bien la lección, pensé en llamarte Abril O'neil, por que confías en mi sin saber quien soy...

No tengo ganas de nada más, por lo que resta del día...